Mí querido Juan Gonzalo:


La obra de Juan Gonzalo Rose debe ser una de las poéticas más interesantes aparecidas en la generación del 50, posiblemente, el mejor momento poético de nuestras letras donde resaltan figuras tan importantes como la de Jorge Eduardo Eielson, Blanca Varela; Javier Sologuren, Pablo Guevara, Alejandro Romualdo, entre otros grandes vates nacionales. Pero la figura de Juan Gonzalo fue siempre la más cercana a la vida del poeta. Empecé a conocer su vida a partir de las descripciones que de él me daba Carlos Calderón Fajardo y del recorrido que hacía de su casa en Chorrillos hasta Barranco para encontrar a alguien a quien “picarle” algo en un momento de holgura económica. De su constante apoyo a los jóvenes. Antes de ir a un evento homenaje que se daba en la Alianza Francesa, donde anunciaban en un importante diario local que pasaría una película sobre la vida del poeta hecha por el cineasta Francisco García. Lamentablemente las descoordinaciones hicieron que el evento se empañara por la improvisación de poner en una sala pequeña (donde solo entraban 80 personas) un Homenaje merecido a este gran poeta. De hecho llegué puntual pero me quedé en la calle con más de 40 personas, entre ellos el maestro César Lévano, que a pesar de su edad y la incapacidad de su cojera asistió al homenaje a su gran amigo Gonzalo. El infortunio roza la estupidez cuando las descoordinaciones son excesivas. Tener que presionar junto con los otros “imposibilitados” de asistir al evento para que el Dr. Lévano ingrese a una ceremonia donde nadie tan importante como él debería encabezar la mesa después de la gran amistad que los unía que se hace manifiesta en la edición de la poesía reunida que prologa y dice: “Poesía. Tu nombre se confunde en el Perú con el de Juan Gonzalo Rose.”
Se extraña la presencia de personas tan valiosas como la de Alfredo Vanini, que coordinaba eventos muy bien planificados como el ciclo por los 100 años de Beckett en donde escuché una de las mejores conferencias de mi vida sobre el mismo realizada por Alberto Isola. O el ciclo sobre Lacan que realizaron con especialistas de varias universidades extranjeras. Se extraña el buen trabajo y la pasión por el mismo de Vanini. Por mi parte me quedo con la conversación que tuve minutos antes con el Maestro Marcos Martos y donde me contaba una deliciosa anécdota de Juan Gonzalo en el Ovni de Jesús María. Ojalá que la Alianza Francesa tome en cuenta la organización de los eventos que por su envergadura deberían darse en el Salón Principal.

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